Adiós verano, hola Irribarria
- Borja Sarobe
- 30 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Fue campeón manomanista y del Parejas con apenas 20 años, pero su primera Txapela en una Feria estival llegó en el Torneo Bizkaia tras cinco intentos previos fallidos

La sociedad antes que el chiringuito
Verano es sinónimo de felicidad. Vacaciones, antojos, caprichos, fiesta, buen tiempo, playa...Para la gran mayoría de personas el tiempo estival es su momento del año. No obstante, todavía sigue viva una rara avis de personas que no encuentran su lugar en el mundo en esta época y reivindican la sudadera y el pantalón largo como forma de vida.
Irribarria sufrió un verano largo. De hecho, el propio año se le está atragantando al guipuzcoano.
Si en 2017 se convirtió en el campeón más joven en ganar una Txapela en Primera, la presión para repetir aquellos números históricos ha podido con él. Los comentarios del público, las opiniones de la prensa, los halagos y las críticas. No es fácil lidiar con ello cuando apenas has cumplido la mayoría de edad y tienes puestos en ti todos los focos de un deporte pasional como la pelota vasca.

El objetivo es la triple corona
En el último Campeonato de Parejas no fue capaz de estar en la liguilla de semifinales con su pareja, Merino II. En el Manomanista fue totalmente superado (22-9) por un Ezkurdia que le arrasó sin paleativos. Pero no se rindió. Iker continuó fiel a su juego. Estaba fresco y con el nervio suficiente para dar guerra en verano. Sin embargo, San Fermín y Zarautz fueron una losa demasiado grande para el delantero guipuzcoano. Cayó en ambas finales, la cuarta y la quinta vez que intentó levantar su primera Feria, y no fue hasta el Torneo Bizkaia, donde perdió el partido de parejas con Rezusta (22-20) ante Artola y Albisu, cuando se llevó a casa una Txapela descafeinada.
En el deporte profesional la cabeza lo es todo. Marca la diferencia, permite levantar partidos increíbles y tirar por la borda ventajas desmesuradas. Irribarria fue superado en los últimos dos meses por rivales muy inferiores. Estuvo sin juego, sin concentración y sin chispa para llevar el peso de los encuentros. No era él.
En las últimas semanas ha vencido con autoridad a Urrutikoetxea y Olaizola II
La tensión, los nervios, el cansancio por la acumulación de pelotazos en las manos, la falta de frescura de piernas, la presión del entorno, la inexperiencia, la juventud...El guipuzcoano pasó por un bache del que ha salido más fuerte que nunca. En las últimas semanas hemos podido ver de nuevo al huracán Irribarria que decide los partidos delante con autoridad. Los aciertos superan a los errores, que todavía son muchos y extraños, y el sueño de completar la triple corona con el Cuatro y Medio está más cerca para un campeón que quiere recuperar su trono.
コメント