La contrarreloj de Aimar Olaizola
- Borja Sarobe
- 1 oct 2018
- 3 Min. de lectura
El delantero navarro afronta un nuevo invierno con la misma ilusión de siempre de protagonizar las finales de los que podrían ser sus últimos campeonatos

Olaizola II y la lucha contra el tiempo
El ciclismo es un deporte de sufridores. Personas que cuidan su preparación al milímetro durante los 365 días del año para estar lo más finos posibles en una cita marcada en el calendario. Y con el riesgo de que, en dicho evento, por causas propias o ajenas (tiempo, caídas, cabeza, alimentación...) no den el nivel esperado. Pero hay una disciplina que destaca por su complejidad técnica, táctica y mental. La lucha contra el tiempo. La contrarreloj en la que, en algún momento de sus carreras, todos los grandes espadas han hincado la rodilla.
El aspecto mental decide los partidos en la élite
Para hacer frente a una contrarreloj y salir bien parado de la misma el entrenamiento mental es fundamental. La técnica es un aspecto que todos conocen y donde no hay secretos. Sin embargo, cómo reaccionar ante los distintos contratiempos que pueden surgir, cómo lidiar con la presión del día clave o cómo sobreponerse a la fatiga para dar el máximo componen un discurso que da forma a las claves para rendir al máximo.
Con 20 años de trayectoria profesional protagonizando estelares semana sí y semana también, Aimar Olaizola sabe que cada día que pasa su retirada está más cerca. Es consciente de ello y no le pesa en su rendimiento. Fue semifinalista en el último Cuatro y Medio, casi llega a la final del Parejas y estuvo en la final del Cuatro y Medio ante Altuna III. En verano es el pelotari que más demandan los pueblos para sus fiestas y se apuntó el torneo de la semana grande de Donosti así como llegó a las finales de Bilbao y Elgoibar.
Aimar fue el tercer mejor delantero del año en el ranking LEPM Codere
El delantero de Asegarce completó un verano digno de su nivel en el que el cuerpo le respondió. Tuvo altibajos, como todos los pelotaris de la élite, pero supo encontrar el ritmo más adecuado en los partidos para economizar los esfuerzos. Ahora, con 38 años, es más importante que nunca el saber dosificar las fuerzas para sacar el mejor rendimiento posible en lo que queda de carrera.

Encontrar su ritmo de partidos y saber dosificarse para alargar su carrera está en manos de Olaizola...y de Asegarce. “Soy consciente de que el Cuatro y Medio y el Manomanista cada vez serán más difíciles. Mi intención es seguir dos o tres años disfrutando de jugar en parejas. Espero poder continuar jugando en la élite dos o tres años más”. Las palabras de Aimar en una entrevista con los compañeros de Frontón TV deslizan otra clave en el futuro del navarro, la intervención de la empresa y la elección de los zagueros que le acompañen en el futuro.
"Soy consciente de que el Cuatro y Medio y el Manomanista son cada vez más difíciles", Aimar Olaizola
Aimar ha demostrado en verano ser capaz de fajarse con los mejores delanteros en el mano a mano. Sin embargo, cada vez necesita más a un zaguero que le permita entrar en ventaja en el juego. Su defensa en los cuadros alegres sigue siendo la mejor en la élite, pero cada vez son menos los partidos en los que con un zaguero que no sea capaz de anotar tantos o dominar atrás, Olaizola es capaz de marcar la diferencia.
En su contrarreloj contra el adiós a los frontones, Olaizola II tiene la batalla mental ganada. Aimar conoce su cuerpo a la perfección, sabe gestionar sus fuerzas y los esfuerzos en los partidos. En la cancha pelea del tanto uno al 22 sin descanso. Además, es un animal competitivo. La derrota no entra dentro de su diccionario por lo que siempre será un rival temible, a pesar de la edad, en cualquier partido, Feria o Campeonato que se presente.
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